lunes, 27 de junio de 2011

Santiago Carrasco Vera y Martin Ubici

EL MEJOR DERECHO
¡Oh derecho , oh derecho
no sé lo que haría
si no estuvieras hecho!

Pasaría los días
sentado en las vías
podrido de no jugar
y de tanto trabajar.

¡Oh derecho , oh derecho
no sé lo que haría
si no estuvieras hecho!

Pero gracias a que existes
yo no estoy tan triste.
¡Disfruto tanto jugar
y que no me obliguen a  trabajar!
Santiago Carrasco Vera y
Martín Ubici

Amparo Ghio y Ángeles Flores

El derecho a jugar
Había una vez un niño llamado Ariel que vivía en un humilde pueblo en La Pampa. El hacía las tareas domésticas como planchar, cocinar,  limpiar y ordenar. Su madre y su padre trabajaban todo el día, Ariel mientras cumplía con sus deberes miraba  por la ventana cómo  jugaban sus amigos en el parque.
 Un día se escapó a una biblioteca cercana porque le gustaba mucho leer y no tenía la posibilidad de ir a la escuela. Cuando llegó vio a una maestra leyéndole un libro a sus alumnos, Ariel le dijo que quería escuchar el cuento y ella le dijo que sí y lo invitó a la escuela, pero Ariel le respondió que no podía porque tenía que cuidar a sus hermanos. Al día siguiente la señorita se acercó a la casa de Ariel y dialogó con sus padres sobre la importancia de que Ariel y sus hermanitos fueran a la escuela y al jardín de infantes.
Así se pusieron de acuerdo en que todos los chicos fueran a la escuela y al jardín por las tardes y que Ariel cuidara a sus hermanitos en las mañanas mientras hacía las cosas de la casa.
Durante los primeros días en la escuela Ariel, se mantenía alejado de sus compañeros, era muy tímido, sin embargo observaba entusiasmado cómo jugaban y se divertían los demás niños. Hasta que un día se acercó a un chico sentado solo en el patio de la escuela y le preguntó cómo se llamaba, éste le respondió “Juan”, de a poco se fueron haciendo amigos y compartiendo las tardes para disfrutar de diferentes juegos.
Ariel fue muy feliz porque empezó a hacer su vida de niño, y a gozar de sus derechos, como la educación y el juego.

Amparo Ghio y Ángeles Flores

Nicolás Portugal y Agustín Cifre

El derecho a jugar
es como la libertad,
si una convención quieres
existe el derecho a jugar
El derecho a jugar es divertido
pero mucho debes practicar,
muchos juegos hay
pero hay que saberlos disfrutar
Si triste estás
jugar te distraerá,
y si divertido estás
no pares nunca más
Nicolás Portugal y Agustín Cifre

Lucio Jordán y Tomás Gazzaniga

Solo juego
En 1989,
se ratificó la Convención
para que los chicos puedan jugar
y cantar una canción.

Sus padres tuvieron muy buena actitud
y por eso les han dicho:
“Dejen de jugar con bichos
que hacen mal a la salud”.

Pero de todos modos
nunca dejen de jugar
porque sin jugar
no se puede pensar .

Nosotros tenemos derechos
y en la realidad es un hecho.
Está el derecho a jugar
que los niños podernos recrear.

Lucio Jordán y Tomás Gazzaniga.

Florencia Sánchez y Facundo Hillcoat

   La convención de los derechos del niño
                     

Una Convención
en 1989 nació
dándole a los niños
una diversión.

El derecho a jugar
es sinónimo de libertad
no debe permitirse al niño
trabajar o esforzar.

El mundo debe saber
que jugar es un placer
también debe importar
que jugar no es trabajar.

                 Solo dos países no la ratificaron
pero otros la respetaron,
vamos a respetar a la raza diferente,
al sexo y origen completamente.

Florencia Sánchez
Facundo Hillcoat

Julian Morales y Facundo Criado

                                 Derecho a jugar

Deben jugar los niños
sueños tan bellos,
En vez que un aparato
juegue por ellos,
que el mundo pertenece
tan solo a ellos.

Donde ha quedado el cielo
de aquella infancia.
Cielo de barriletes,
que se llevan
quien sabe qué ilusiones
y qué esperanza.
                 Julián Morales y Facundo Criado

Joaquin Vila y Martin Polo

Vamos a jugar
En una isla de un poroto
me encontré un chico
que era morocho,
que trabajaba en un potrero

Él me dijo que su derecho
era trabajar,
y  yo le dije que su derecho
era jugar

Y de ahí en más  aprendió a jugar,
y luego de ese tiempo
yo jugué a la pelota con él

Él me dijo que el mejor jugador de
fútbol era Eto o,
Y yo le dije que mi jugador de fútbol  era Falcao.
       

Joaquín  Vila y Martín Polo